Sesión 4/Febrero 22 de 2010

Stolas
Masada Quintet
Tzadik

2009


Perdida en el desierto de Judea durante casi dos mil años, Masada fue la fortaleza donde se refugió la secta judía de los zelotes luego de su fallida rebelión contra los romanos en el siglo I. Después de su malogrado intento de emancipación del imperio, la secta, conformada por mas de mil hombres mujeres y niños, eligieron matarse unos a otros antes de caer en manos de sus enemigos. Así, con un nombre que significa resistencia, decidió llamar John Zorn en 1993 a uno de sus proyectos musicales más ambiciosos aparte, por supuesto, de sus trabajos para improvisadores, sus bandas sonoras, sus composiciones académicas y sus reciclajes inverosímiles como Naked City y Moonchild. Con Masada, John Zorn ha podido tejer un estilo casi universal basado en algunas de sus obsesiones musicales como lo son el free y el klezmer, forma de música popular judía donde se amalgamaron sonidos provenientes de los Balcanes, las tradiciones gitanas y el universo árabe.
Lo que en 1994 fue un cuarteto integrado por Dave Douglas en la trompeta, Greg Cohen en el contrabajo y Joey Baron en la batería, es hoy un complejo conglomerado de composiciones agrupadas en dos grandes libros: Masada Book I y Masada Book II: The Book of Angels, este último una serie de 300 piezas que Zorn escribió en 2004 para que fueran interpretadas por algunos de los músicos que han hecho parte activa de esa gran aventura musical denominada Masada.
Luego de 11 volúmenes en los que hemos podido apreciar a varios formatos y solistas como Masada String Trio, Bar Kokhba, Medeski Martin & Wood, Uri Caine, el dúo de Mark Feldman y Sylvie Courvoisier, el trío de Jamie Saft, Erik Friedlander, Koby Israelite, Secret Chiefs 3, Marc Ribot y The Cracow Klezmer Band, el saxofonista editó el año pasado Stolas, un registro donde se reúnen de nuevo tres de los integrantes originales del cuarteto más dos acompañantes de lujo como lo son Uri Caine en el piano y Joe Lovano en el saxo tenor. Para los que todavía piensan que John Zorn es un maniático que no soporta el sonido clásico, la invitación de Lovano desmiente cualquier mito de esta naturaleza.
Inspiradas simbólicamente en la demonología judía, los cortes de esta nueva entrega del Masada Book Two: The Book of Angels condensan toda la angustia y el éxtasis del klezmer invitándonos a un viaje reposado en algunos pasajes, melancólico en otros, e intenso en las improvisaciones.
Stolas (nombre que hace referencia al Gran Príncipe de los Infiernos que enseña la astronomía, el conocimiento de las plantas tóxicas las hierbas y las piedras preciosas) es, sin lugar a dudas, uno de los discos más “jazzeros” de toda la carrera de Zorn y, quizás, una de esas experiencias musicales inolvidables dada su belleza sobrecogedora.

Más información acerca de John Zorn

Más información acerca de Tzadik

Sesión 3/Febrero 15 de 2010

Freakish
Anthony Coleman

Tzadik

2009


Anthony Coleman es uno de esos personajes que permanece oculto y ausente de la prensa, las críticas y las revistas. Silencioso y cauto es un ilustre desconocido que desde los setenta ha estado involucrado en la escena del free, el avant garde y la música improvisada del downtown en Nueva York. Pianista, trombonista y cantante, Coleman es, junto a John Zorn, una de las cabezas de la música experimental y del jazz poco convencional en los últimos diez años. De hecho, antes de que Zorn acuñara el concepto radical jewish culture, el pianista ya llevaba bastantes años revisando las tradiciones musicales judías a través del jazz y la improvisación. Al lado de John Zorn ha grabado discos esenciales como Cobra, Kristallnacht, The Big Gundown y Spillane.
Su más reciente aparición para Tzadik, el sello donde ha grabado más de ocho placas en diferentes formatos, es un vibrante recorrido por la música de Jelly Roll Morton. A propósito, este ejercicio ya había tenido un tremendo precedente con Sephardic tingue (Tzadik, 1995), una grabación a trío con Greg Cohen y Joey Baron donde se dio a la tarea de encontrar el famoso “toque latino" implícito en la música del legendario pianista-.
Extraño en todos los sentidos (dada la naturaleza experimental del pianista y del sello que lo edita), este es el disco donde Coleman demuestra que a la tradición y la vanguardia no las separa una frontera como muchos puristas se han encargado de hacer notar. Aquí tenemos a un soberbio pianista que es capaz de pasar de un estilo a otro como un camaleón. En esta medida su trabajo se hermana al de Uri Caine, Dave Douglas y Myra Melford, entre otros colosos de la actualidad. Alejado del virtuosismo excesivo, Coleman interpreta la música de Jelly Roll Morton sin traicionar la espontaneidad original de las partituras. Minucioso, elegante y diestro, el pianista tardó más de cinco años en preparar este repertorio que, en sus manos, pareciera haber sido escrito hace unos pocos meses.
Mientras en estas geografías seguimos pensando que después de Mehldau, Jarrett y Corea no puede existir nadie más, acá está uno de los grandes pianistas de nuestro tiempo.

Más información y algo de música de Anthony Coleman

Más información sobre Tzadik

Sesión 2/Febrero 8 de 2010

TYFT
Meg Nem Sa
Skirl Records

2006


Luego de su debut en 2003 para el sello Songlines, el trío liderado por el guitarrista islandés Hilmar Jensson grabó este registro para Skirl Records, el sello del saxofonista Chris Speed. Lo que en esa ocasión fuera un golpe letal para los que aún siguen pensando que al rock y al jazz los separa una barrera insondable, tres años después TYFT confirmó que lo de ellos no es mera “diletancia postmoderna”. Cargados de un fiero repertorio donde logran articular algo de punk, otro poco de metal e improvisación muy freesera, este trío logra ponernos al borde del delirio con una música muy personal, a veces oscura y críptica, que referencia directamente al grunge, Nels Cline Anthony Braxton y Meshuggah.
Nacido en Reykjavik, Islandia in 1966, Jensson se instaló en Boston donde se graduó en Berklee. Como muchos otros, el guitarrista no tomó el camino “correcto” y se la jugó por un estilo de jazz menos conservador y más abierto a lenguajes radicales. Allí, a mediados de los noventa, conocería al saxofonista Andrew D´Angelo y al baterista Jim Black con quienes ha trabajado en proyectos como Alas No Axis, Yeah No y Human Feel, entre muchos otros grupos que desde hace algo más de 15 años se han convertido en una de las generaciones más fuertes y creativas de la vanguardia jazzística de Nueva York, influenciados directamente por el muy subversivo legado conceptual y musical de Tim Berne y John Zorn.
Guitarras crudas, métricas imposibles a cargo del genial Jim Black y el tortuoso sonido de Andrew D´Angelo en el saxofón hacen de este disco un clásico marginal de esta década que se fue.


Más información sobre Jim Black y Andrew D´Angelo

Más información sobre Skirl Records

Sesión 1/Febrero 1 de 2010

Esopus Opus
Ben Perowsky Quartet

Skirl Records

2009


Veterano del la escena del jazz subterráneo, Ben Perowsky ha sido uno de los músicos más activos en este campo durante más de una década en la que ha compartido junto a pesos pesados como John Zorn, The Lounge Lizards, Dave Douglas, Steven Bernstein, Jamie Saft, la Millenial Teritory Orchestra y Uri Caine, entre otros. A pesar de ser baterista, Perowsky se ha tomado muy en serio eso de ser el líder de una banda, algo no muy habitual en los bateristas. Eso lo demuestran sus dos discos en trío (uno de ellos, Camp Songs, para Tzadik) más otro par (El Destructo: Volume I y El Destructo: Volume II Moodswing Orchestra), ambos editados por El Destructo Records, su sello personal.
Además de varios cortes escritos por él, este disco es un viaje que va desde el choro en coordenada klezmer de Jacob du Bandolim y las excentricidades de Hermeto Pascual hasta vibrantes versiones de clásicos del rock como lo son “Manic depresión” de Jimi Hendrix, “Within you without you” y “Flying”, dos cortes de los Beatles que, sin temor a equivocarnos, acá son versionados por primera vez. Variado en géneros y enérgico en la interpretación, Esopus Opus presenta a su vez un formato inédito en lo que respecta al jazz y la música de cámara. Junto Chris Speed en el clarinete y el saxofón tenor, Drew Gress en el contrabajo y Ted Reichman en el acordeón (éstos tres, nombres bien relevantes en la escena del downtown neoyorquino), Ben Perowsky se hace visible como uno de los bateristas más creativos de una generación de jazzeros que hace rato rompieron con cualquier clase de molde convencional.
Por fortuna, así suena el jazz de nuestro tiempo.


Acá se pueden escuchar apartes del disco

Más información sobre Ben Perowsky

Información sobre Skirl Records